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Mostrando entradas de agosto, 2018

Sobre lo tan escritora que me siento

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Ayer comencé a pensarme como la escritora que me siento. La verdad es que al tener esa gran necesidad de escribir, creo que soy una escritora. Pero aún no he publicado nada, así que no se cuanto de cierto hay en esta frase. Lo que si siento, es que poco a poco, y paso a paso, voy transformándome en una escritora con todas las de Ley. Qué muy bien no se que quiere significar, pero se que aún estando en un Taller puedo aprender y enseñar. Qué me gusta mucho escribir y lo hago habitualmente. Y que ahora también me gusta escribir poesías. Si bien las poesías son formas diferentes de escribir, siento un enorme placer al hacerlo, y me surgen ideas nuevas casi todos los días. Sigo proyectos de escritura que tienen un tiempo pero que van madurando suave y lento; y sigo aprendiendo el oficio, porque me gusta hacer las cosas lo mejor que puedo. Aún no le cuento a mucha gente esto que me pasa. Pero, supongo que para eso habrá tiempo en el futuro. Ahora es el tiempo de escribir, escribir y reesc

Poema

La muerte me llamó  La muerte me aliviana,  me deja desnuda, sin piel me sumerge en aguas claras y me tiñe de llagas.   La vida me carga  toneladas de nada.   No quiero ni la muerte ni la vida, quiero un horizonte sin aura. Mienten y atesoran,  no poseen nada. Cuando logres entenderlo,  serás ceniza subterránea. -María Julia Ruberto-

...va asomando la primavera ...

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Estamos viendo las primeras señales que la primavera viene pronto. Los pájaros cantan temprano a la mañana y con sus pios alegran el ambiente. También hay viento, propio de esta zona de la tierra, el sur. Las primaveras en general son ventosas y con una luz especial. Las plantas han reaccionado a esta temperatura más cálida y comenzaron a brillar con sus brotes rojizos y verdes pálidos. Mi hortensia apareció ayer, llena de pequeños capullos verdes entre sus ramas secas. El jazmín japonés está lanzando una enorme cantidad de pequeños pimpollos en racimos que serán sus flores más bellas. Y así todo se va llenando de otro aroma y de otro color. El cielo es azul intenso, y no hay casi nunca nubes. Me gustan esos cielos encerados azules cerúleos que impactan la vista sin que haya un punto diferente. Hoy amaneció con ese ritmo especial que da una nueva estación. Me estimula a cambiar muebles de lugar, mover cuadros, hacer arreglo, pintar, escribir y leer bajo ese sol con un cielo azul que me

Lanzado al Universo

 Hoy lo he lanzado al universo, en una lectura difícil, casi mala, lo he leído frente a esas personas que no conozco. Me han escuchado con atención, según mi registro, realizado mientras me concentraba en la lectura, y tratando de cometer la menor cantidad de errores posibles. En el camino, fui agregando, sacando y entonando, como creo que debería ser leído, aunque me di cuenta, sobre el camino que algunos no pudieron ser zanjados. Allí estaban impresos para siempre, en letras negras, sobre una hoja amarillenta, que expresaba algo así como, "no soy muy joven". El libro tiene una portada interesante, donde pueden verse la imagen de un león, una niña oriental leyendo un libro, y un oso de peluche. El león parece descansar con su cabeza apoyada sobre un tronco enorme. Arriba debajo de una fina linea color naranja, está el nombre del libro y debajo el nombre de la compiladora: Marita Rodríguez-Cazaux. Al abrirlo, sentí una emoción rara, diferente a otras emociones vividas. E

"Cuentos Obstinados"

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    El lunes recibí de la editorial ROI, los seis libros que solicité. Allí, en esa compilación de Marita Rodriguez-Cazaux, en la página número ciento sesenta, en letras negras, y con mi nombre al margen izquierdo, se leía "El Verdugo", mi primer cuento publicado.  La emoción que sentí fue un enorme globo azul en mi pecho que estallaba en una sensación de extrema felicidad.      Inmediatamente, lo leí, acción que me llevo unos escasos cinco minutos. Luego con el libro abierto y apoyado contra mi cara, y mi boca, casi como besándolo, miré al cielo, y agradecí el logro del objetivo. Mi mente se disparó a varios recuerdo, pero el más profundo, fue sin dudas, cuando le conté a Guillermo que quería publicar un libro con cuentos, --Aunque sea uno, le dije. El me miró y con esos ojos desorbitados por la delgadez de la enfermedad, me dijo:--Hacélo.     Y ese recuerdo me emocionó de tal forma que mis ojos se llenaron de lágrimas y entre la felicidad y la tristeza no hubo ni

Botella de Poesía

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¿A dónde irá? ¿A dónde irá esa palabra? Perdida en el verde profundo del mar de sueños. ¿A dónde va esa palabra? A la deriva surcando tormentas sin piedad. ¿A dónde caerá la palabra? En las manos de un niño que leerá, sin leer, nuestros poemas inéditos. MR

Las palabras se abrazan

           Las palabras están impregnadas de olores sutiles. Es el otoño entre los árboles del bosque y las hojas secas invaden todo el suelo. Ya están putrefactas, y serán la vitamina de la tierra. Allí aparecerán todo tipo de hongos y bacterias que fortalecerán el suelo con esa capa llena de ricos nutrientes. Ahora hace frío, aún no nevó, pero cuando suceda, será una forma de eliminar todas esas minúsculas criaturas que vivieron algunos días, o semanas, transformando las hojas en algo nutritivo y benefactor.  El cielo está de un color azul celeste intenso. Algunas nubes gris oscuro forman un celaje al final del horizonte. Cae la tarde, y llega la noche, en esa hora mágica, donde uno ve formas extrañas y siluetas alargadas y sombrías. Los árboles de mayor porte son los gigantes protectores que con sus ramas desnudas abarcan todo el lugar, y se tocan con sus hermanos en cada punto cardinal. Los del sur son más altos porque por allí el viento hace un recodo en el camino y no los to

Arroyo El Sauce

Infancia en Sauce Pintos La infancia ha pasado, pero quedan esos recuerdos que aparecen frente a cada insinuación de algo vivido.  Eso me pasa cuando recuerdo las caminatas al arroyo que hacíamos con mis hermanos, o aveces con los amigos o los primos que llegaban desde Corrientes o Buenos Aires.  Lo recuerdo tan fielmente que pareciera que estoy volviendo a vivir esas experiencias tan importantes en mi vida.  Mi madre, nos seguía con la vista, ya que la casa, la Santa María, se hallaba emplazada en la loma de la Cuchilla Grande de Montiel, a escasos dos kilómetros del pueblo de Sauce Pintos.  Llevábamos  una caña muy larga, en cuya punta tenía un banderín color celeste atado. Así que entre todas las cosas que cargábamos para llevar estaba la caña, con su banderín celeste. De esa manera, mi madre, podía seguirnos con la vista hasta que plantábamos el asta y allí supuestamente nos quedábamos a jugar. En general, seguíamos avanzando hasta algún lugar más peligroso y que nuestra

New York, reverbera iluminada

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New York, New York Y finalmente, el viaje tan deseado paso. Pasó dejando tantas historias, recuerdos, narraciones y anécdotas que me organizo para poder contarlas. Para comenzar el viaje, el celular, donde tenía mucha información y mapas sobre el recorrido, se murió. Se le acabó la batería y no hubo forma de hacerlo resucitar. Ahí comenzó mi viaje. Pero nada de eso perturbó la alegría, plenitud y felicidad con que dispuse mi ánimo y prepare mi alma. Llegue una soleada tarde del miércoles 9 de mayo a las 13:30 hs tal como estaba previsto al Aeropuerto John F. Kenedy de Nueva York, en la zona Oeste de la ciudad. Tenía contratado un transporte que me llevaría al Hotel. Todo fue simple y fácil. Aborde el micro, junto a otras personas, y emprendimos el camino por las calles de la ciudad. Al llegar al Hostel, dejé mis bártulos, y baje del piso 13 a la calle. Caminé dos cuadras, estaba exultante, y llegué a Columbus Circus. La plaza redonda donde se alza la estatua a Cristobal Colón, conquis

Poesía

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       Las palabras  Las palabras duermen, están sembradas  En la tierra yerma.  Duermen la insistencia de la vida, sueñan ser hileras indolentes  Y convertirse en cálidas poesías.  Escribir  Poema de a cachitos.

Las cartas de mi madre

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                Hoy encontré, en una bella caja de madera, las cartas que le escribí a mi madre en el viaje que hice a Europa en el año 1986.                 Estaban prolijamente ordenadas por fecha, y también estaban las Tarjetas enviadas desde cada lugar, tanto a ella como a mis hermanos. La emoción me embargó de una manera profunda. Me asomaron lágrimas en los ojos, sin quererlo. Me subió como una emoción acongojada por ese detalle tan materno, tan amoroso, tan de madraza, como era ella. La veo en un sillón, sentada al sol, leyendo esas cartas ajadas de tanto leerlas.                Han pasado treinta y dos años de aquel maravilloso viaje con pasaje de ida solamente. Un viaje que me permitió visitar varios países, entre ellos Suecia, Alemania, Italia, Francia, Dinamarca, Bélgica, y España; como así también conocer parte de mi familia belga.              El viaje de ida, lo realicé con Andrea Bedendo, la hermana de Mauro. Nos encontramos cuando yo estaba buscando, en agencias d