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Historia Humana

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 Historia Humana  Nos inunda la oscuridad  la música despeina el unico farol,  frente a los árboles domesticados.  Son altísimos, cuentan años de conciencia.  El mundo está desenterrando la última  oportunidad.  Silencio, oscuridad, tormenta.  El mar, arrasó con las nubes grises  del cielo.  La casa, con sus duraznos y ciruelos y su gota de azúcar cristalizada,  se bambolea tras un arco iris diáfano.  La borrasca dejó atrás los bichos de mal agüero.  El umbral se incendia, con el aura  del primer rayo.  El horizonte se desangra en un rojo  manzana, y deja opaca a las estrellas.   El pecado de la palabra, los pensamientos, es un puente sobre el agua llena de garzas quisquillosas, que dibujan doradas siluetas sobre la grama.  El reloj se oye nítido, el quehacer cotidiano,  los cristales, la loza, los manteles.  Desde el sillón de paja,  la escalera de mármol, deja  subir hasta el cielo.  MJR

La poesía resiste

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 La poesía resiste  Resiste el tiempo  la desidia,   el empacho,   la mansedumbre.    La poesía se engorda  con otras palabras.   La poesía se nutre  con frutas prohibidas. Ay, la poesía...   que recorre el mundo, floreciendo, remando,   en bocas calladas,   en oídos sordos.    Donde la injusticia  es de sangre,   el dolor hace mortal.    Ay poesía resistente,   que lloras los caminos  ajados, sin venas,   sin suspiros, sin amor. Ay poesía amada,   con palabras simples  te enarbolas en lo alto,   llenando el tiempo  de esperanza. ¡Ay, poesía de mi corazón!   Que ruges como león  en plena selva,   bramando palabras  sin que nadie  se percate. Sálvanos del suicidio,   de la ignorancia,  del individualismo,   de la soledad.   MJR.                        

Epistolar

 Ayer, 23 de abril 2021, se recordaba el día del Libro. Para no pasar desapersibido ese día, la Biblioteca Agustín Alvarez organizó un pequeño acto al cual también fui invitada.  Leyeron algunas escritoras de la zona, relatos de su autoría.  No había llevado nada para leer, pues salí rápido, y sin pensar mucho, ya que en pandemia, la movilidad y reuniones están prohibidas, pero era solo un momento y con los protocolos adecuados.  La persona que me había invitado, me miró y me dijo: --¿No trajiste nada para leer?- con un tono de asombro por el hecho.  A lo que le contesté que no, que no había traído nada.  Pero recordé que en un archivo en el celular tenía un texto que había escrito el 10 de marzo de este año, cuando se había quemado la cordillera en ese lugar tan amado por mí: El paraje Las Golondrinas, en Chubut.  Así que cuando iba a finalizar el evento, pedí permiso para leer un texto, y me puse frente al micrófono, con los nervios de punta, y sin mirar mucho a los presentes que ser

Retomando la escritura en tiempos de Pandemia Mundial

 Después de mucho tiempo, he vuelto a abrir Blogger, mi página, El Sembrador de Palabras.  Ha pasado tiempo, y ya no soy la misma persona que hace unos años, recuperaba el placer de escribir y "vaciar" su mente de todas esas palabras que formaban un torbellino indescriptible, en los vericuetos del alma. Alli, donde la subconciencia aparece con formas indefinidas, con voces de personas desconocidas, o amadas que ya no están. Allí, en lo profundo de nuestra mente, en el "agujero negro" de la conciencia, allí, están todas esas palabras no expresadas, y que intentan salir a la luz del mundo.  Hoy es un domingo de verano, en Pandemia. Aquí, en esta parte lejana, ¿de dónde? del mundo, los casos están en su apogeo, pero las personas están hartas de tanto estar en sus casas, como si esto fuera tan fácil.  El sol estuvo brillando todo el día, y logicamente, hay que salir a tomar aire, como si eso fuera algo que no hacemos en forma constante. Aire fresco, fuera de la casa que