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Mostrando entradas de septiembre, 2020

Dr. del Alma

  Médico del Alma Andrés cruzó la calle, justo en el momento que el automóvil giró en esa esquina, y lo atropelló causándole una dolorosa muerte.  Amanda, se sumergió en un absoluto silencio, interrumpido solo por el derrame de lágrimas que no podía evitar. Así pasaron los días, las semanas, los meses y también pasó la fecha del aniversario.  Su familia, madre anciana, e hija joven viviendo con ella, no sabían qué más hacer al respecto.  Un médico amigo les recomendó que consultaran con un colega especialista en el alma. Les anticipó que era muy peculiar, pero muy buen profesional.  El Dr. Fermín Machado entró a la vida de Amanda, con su sombrero de copa y su bastón con mango dorado luciendo su levita marrón impecable y su libreta negra de cuero para sus registros. Su bigote blanco denotaba su avanzada edad. Habló con la madre y la hija, haciendo un exhaustivo cuestionario sobre los hechos acontecidos, y las costumbres de la enferma. Con ello se hizo una idea de a quién tendr

Inspector de Olas

 Inspector de Olas  Con el tiempo, la humanidad tuvo que reconocer que necesitaban un Inspector de Olas. Los estragos que se producían por no prever la llegada de esos gigantes de agua que invadían todo y arrasaban con casas y construcciones, era evitable. Por ese motivo era uno de  los oficios más antiguos de la humanidad: el Inspector de Olas.  Había un ensayo y listado de requisitos que se necesitaban para poder siquiera anotarse, para ser tenido en cuenta, y rendir un examen riguroso que era considerado por las principales autoridades del lugar. Se lo ponía a prueba, y en caso de superar esos meses, los pobladores iban evaluando su trabajo con meticulosa seriedad. Estaba todo muy claro para quienes quisieran presentarse a ocupar el cargo, ya que era más importante que el del mismo intendente, aunque era este quién le pagaba el sueldo, por cierto muy alto, con los impuestos de cada ciudadano. Pero, si bien, este oficio era muy bien remunerado, había que estar muy atento las ve

El recolector de lágrimas

 17/08/2018 Microrrelatos  El Recolector de Lágrimas  Era una ciudad muy triste. Tan triste que el intendente contrató a un Recolector de Lágrimas en forma urgente y full time. No daban a basto con la tarea de juntar las lágrimas derramadas por la población y evitar de esa manera inundaciones y encharcamientos por toda la ciudad. Eran tantos los metros cúbicos que se producían diariamente, que poco a poco, todos los espacios abiertos destinados para plazas y recreación se habían transformado en lagunas, lagunitas, y pequeños arroyos que unían unas con otros.  La tarea del Recaudador de lágrimas consistía en recolectar las bolsas con el líquido elemento y trasladarlo a un lugar dónde se pudiera ir evaporando con el tiempo. Uds. saben que las lágrimas son saladas, y eso no permite una evaporación rápida, sino que se produce muy lentamente y al final quedan sólo los cristales de sal. Finos cristales que brillan como diamantes tallados.  Mar de lágrimas es el mar que se formó finalme

El caballo, el ciervo y el cazador

  Leí una fábula que me pareció muy interesante... La comparto con Uds.  Un caballo decidió vengarse de cierto venado que lo había ofendido y emprendió la persecución de su enemigo. Pronto se dio cuenta de que solo no podría alcanzarlo y, entonces, pidió ayuda a un cazador. El cazador accedió, pero le dijo: «Si deseas dar caza al ciervo debes permitirme colocarte este hierro entre las mandíbulas, para poderte guiar con estas riendas, y dejar que te coloque esta silla sobre el lomo para poderte cabalgar estable mientras perseguimos al enemigo». El caballo accedió a las condiciones y el cazador se apresuró a ensillarlo y embridarlo. Luego, con la ayuda del cazador, el caballo no tardó en vencer al ciervo. Entonces le dijo al caza- dor: «Ahora apéate de mí y quítame esos arreos del hocico y el lomo». «No tan rápido, amigo —respondió el cazador—. Ahora te tengo tomado por la brida y las espuelas y prefiero quedarme contigo como regalo.» «El caballo, el ciervo y el cazador»,