Escritura y recuerdos



La primavera está asomando tímidamente en el sur. Hoy el sol apareció sonriente y brillante. Mi energía está alerta con ganas de hacer cosas.
Comencé a escribir poesía, y también sigo con mis relatos, aprendiendo todo el tiempo. Hay días en que las letras están animadas y llenan renglones sin mucho desperdicio. Otros en que se "empacan" y dudan en salir a la luz de la página en blanco, parece que las ciega, y las hace retroceder. Después están los días en que son borbotones de agua dulce y suave, derramándose como una cascada, produciendo una infinidad de chispas plateadas que inundan en forma de  spray el aire. Son esos días llenos de ideas y poesías, de cuentos y relatos que se amontonan en la punta de los dedos para que sean tecleados por la computadora. 
Hoy es uno de esos días soleados, y llenos de trinos de pájaros, tal vez son gorriones y palomitas, que con sus gorjeos me siguen en el "tecleo" rítmico de la escritura. El aroma del jazmín, invade el ambiente y me produce un regocijo difícil de describir con palabras. Vale más mi cara de placer y felicidad, con los ojos entrecerrados y la sonrisa simple. 
Recuerdo una tardecita de luz dorada y plateada, que compartimos con mi hermano y su compañera, en Puerto Pirámides. Esa tarde pude captar con la cámara del celular una imagen que refleja ese instante. La playa era una loza aceitosa y el mar se confundía con la arena. Las nubes, una estela blanca y brillante, el cielo, casi no se veía, y el sol estaba cayendo. Recortados, caminando, la pareja de la mano, y a lo lejos se veían las figuras de las pirámides que llegan al mar.   
La comparto para que puedan disfrutarla como yo. 


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