Las palabras se siembran...

Caen lluvias desde ayer. Hace un rato, un chaparrón, inundó todo el patio. Las plantas, una Santa Lucía bordó y verde, se movía al compás de las gotas, que tenían la inclinación del viento Oeste. En el patio de baldosas rojas, no se sabe muy bien de dónde sopla el viento, pero tenía una inclinación de Oeste a Este. Llovió toda la mañana. Solo paró un breve momento, en que pude salir a comprar unas cositas que necesitaba para preparar el almuerzo. El super no está lejos, a unas tres cuadras hay uno completo.No había nadie. Muy poca gente haciendo compras. Todos miramos mucho cada elemento que necesitamos comprar, y comparamos con otros similares. Al llegar a la caja, la persona que estaba antes de mí, tuvo que dejar tres artículos porque no le alcanzaba el dinero. Tuve suerte, hoy hacían descuento y yo reunía los requisitos. Así que quince por ciento de descuento en toda la compra. Compre dos bifes chiquitos, un brócoli, vino tinto, una caja de fósforos, porque hacían falta y queso. Ah...

Dos días atrás, se cumplió un año de la partida de Guillermo. Fueron tiempos de muchos sentimientos con profunda tristeza y melancolía. Me organicé para ir a su “lugar en el mundo”, como le gustaba decir, allí con su hija, y sus nietos, lo recordamos y nos reencontramos después de este largo año. Fue un domingo pleno de sol. Los árboles han crecido a placer, en el silencio y la soledad de la casa. Los pájaros se han apoderado del lugar, sin mucho esfuerzo, ya que Tango, el perro Golden retriever, de Guillermo, lo llevaron al pueblo donde comparte sus días con sus nietos. Ayer, Tango, también participó del encuentro con su tierra y los olores conocidos de la casa. Cuando llegamos, íbamos en auto, con él adelante. Fue una alegría llegar, y movía la cola, con esa emoción perruna que decía “que bueno que me trajeron”. Los chicos comenzaron a jugar como siempre y poco a poco la casa se pobló de voces y ruidos de actividad. Mi corazón se sentía al borde del llanto cada vez que algo me ...

Mi viaje a Nueva York      Ha pasado algo de tiempo, desde que pude realizar un sueño largamente anhelado. Mi viaje a Nueva York.         Viaje, en mayo, cuando la primavera comienza a asomar entre las flores y hojas de los arboles de Central Park.        De hecho, elegí alojarme frente a ese maravilloso espacio verde que constituye el pulmón de la orbe. De allí, todo es relativamente cerca. Y me gustó tanto poder caminar por esas calles llenas de gente de diferentes lugares del mundo, cada una con su cultura a cuestas, sin ningún tipo de amenaza o inseguridad. Desde el mismo momento en que llegué sentí una sensación rara, que hacía mucho no percibía en mí. Era un estado de felicidad total, donde el cuerpo y el alma se conjugaron para gozar plenamente de cada paso dado. Mis ojos, enormes de asombro, no dejaban de asombrarse frente a la magnitud de los edificios de cristal, las obras de arte y el clima festivo de la gente...

Se siente muy bien empezar el día con una sonrisa en los labios. Es una buena forma de sentirse positiva frente a todo lo que va a pasar, que, aunque hemos pensado y tal vez agendado, la mayoría de las cosas suceden sin que sepamos que van a suceder.  Hoy amaneció gris y nublado. Eso ya es una situación que promete situaciones diferentes a lo largo del día. Por ejemplo es más proclive a tener deseos de comer algo calentito y sabroso, que algo frío. Me pone contenta que haya pronostico de lluvia, las plantas agradecidas, después de muchos días de viento y sol fuerte. Eso las refrescará y hará que sigan brotando para florecer.  Los lilium están a punto de estallar, y se ve que serán muchas flores, por lo menos tres por cada vara.  Resultaron unos bulbos excelentes; en tres años he podido cosechar casi el triple de bulbos y todos florecen muy bien. Su color naranja es profundo y contra el verde primavera de sus hojas, es una planta que resalta por su belleza y color....

Aveces la vida te da sorpresas inesperadas.   Ayer iba caminando por las calles de Rawson, y se me voló el sombrero. Tuve que volver y correr a buscarlo. Cómo el viento lo arremolinaba cada vez más lejos, le grité a un transeúnte que venía en dirección opuesta a la mía. El tomó el sombre en sus manos agachándose a levantarlo. Llegué y me lo entregó con una sonrisa amplia y franca que me iluminó el día. Era un muchacho de unos treinta años. De mediana estatura, con jean y zapatillas, pero cuando me miró, vi que esos ojos eran conocidos. Me hicieron cosquillas en la neurona de los recuerdos en un segundo y en mi cabeza se iluminaron recuerdos de más de treinta años.  Le agradecí con una sonrisa y seguí mi camino, que era el suyo, porque yo me había vuelto en busca del sombrero.  Seguí haciendo las compras y preguntando precios, en algunos negocios. Pero mi cabeza estaba trabajando en silencio, y buscando entre los recuerdos, aquel que fuera un eco en esa madej...

La primavera está asomando tímidamente en el sur. Hoy el sol apareció sonriente y brillante. Mi energía está alerta con ganas de hacer cosas. Comencé a escribir poesía, y también sigo con mis relatos, aprendiendo todo el tiempo. Hay días en que las letras están animadas y llenan renglones sin mucho desperdicio. Otros en que se "empacan" y dudan en salir a la luz de la página en blanco, parece que las ciega, y las hace retroceder. Después están los días en que son borbotones de agua dulce y suave, derramándose como una cascada, produciendo una infinidad de chispas plateadas que inundan en forma de  spray el aire. Son esos días llenos de ideas y poesías, de cuentos y relatos que se amontonan en la punta de los dedos para que sean tecleados por la computadora.  Hoy es uno de esos días soleados, y llenos de trinos de pájaros, tal vez son gorriones y palomitas, que con sus gorjeos me siguen en el "tecleo" rítmico de la escritura. El aroma del jazmín, invade el ambi...

Hoy amanecí, en este domingo ventoso, con esa inmensa necesidad de escribir. Y aquí voy.  Este mundo que nos toca vivir es realmente "asqueroso". Mentiras, ocultamientos, muertes, despojos. Y podría seguir enumerando acciones que realizan los seres humanos en contra de su propia humanidad y especie.  El sistema está agotado. Ya no puede seguir de esta manera. Hay un consumismo "idiota" que no permite al conjunto darse cuenta del daño que nos estamos haciendo a nosotros mismos y sobre todo a la naturaleza.  Por eso creo importante hablar de las acciones que cada uno realiza en pos de un mundo mejor y un ambiente cuidado. Es el "granito de arena" que se pone día a día.  Desde hace casi veinte años, reciclo parte de la basura que yo misma produzco. De esa manera he conseguido tener mi propio compost para las plantas y ayudo no ser parte de la solución y no del problema. He bajado al mínimo las compras sin sentido, y que tienen que ver con "com...