Inspector de Olas

 Inspector de Olas 


Con el tiempo, la humanidad tuvo que reconocer que necesitaban un Inspector de Olas. Los estragos que se producían por no prever la llegada de esos gigantes de agua que invadían todo y arrasaban con casas y construcciones, era evitable.

Por ese motivo era uno de  los oficios más antiguos de la humanidad: el Inspector de Olas. 

Había un ensayo y listado de requisitos que se necesitaban para poder siquiera anotarse, para ser tenido en cuenta, y rendir un examen riguroso que era considerado por las principales autoridades del lugar. Se lo ponía a prueba, y en caso de superar esos meses, los pobladores iban evaluando su trabajo con meticulosa seriedad. Estaba todo muy claro para quienes quisieran presentarse a ocupar el cargo, ya que era más importante que el del mismo intendente, aunque era este quién le pagaba el sueldo, por cierto muy alto, con los impuestos de cada ciudadano. Pero, si bien, este oficio era muy bien remunerado, había que estar muy atento las veinticuatro horas del día. Y estudiar las estrellas, el clima, los vientos, las variaciones estacionales y muchísimas otras problemáticas, que luego entrecruzadas, le permitían tomar decisiones tales como evacuar todo un pueblo costero en unas horas para salvar las vidas de la población. 

Igualmente, la población estaba atenta, ya que los tsunamis y olas gigantes eran algo impredecible e incierto. 

Ahora están todos bastantes tranquilos porque Don León, lleva más de treinta años en el cargo y ha salvado a la mayoría de los pueblos costeros con sus predicciones acertadas sobre las grandes olas. Parece que entre ellas y él, hay una especie de pacto, lo que le permite adelantarse y dar la orden de evacuar los pueblos para que no sufran víctimas fatales. 

Dicen que hace muchos años, Don León salvó a una niña sirena, y el mar le agradecerá toda la vida, ese gesto de amor para sus gente, y le da muchas señales para que pueda hacer su trabajo de la mejor manera posible. 

El tema será cuando Don León ya no habite este mundo, y ahí es cuando los costeros tendrán que pensar a quién designar como Inspector de Olas. 


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