Microrrelato: El recolector de Lágrimas



El Recolector de Lágrimas 


Era una ciudad muy triste. Tan triste que el intendente contrató a un Recolector de Lágrimas en forma urgente y full time. No daban a basto con la tarea de juntar las lágrimas derramadas por la población y evitar de esa manera inundaciones y encharcamientos por toda la ciudad. Eran tantos los metros cúbicos que se producían diariamente, que poco a poco, todos los espacios abiertos destinados para plazas y recreación se habían transformado en lagunas, lagunitas, y pequeños arroyos que unían unas con otros. 

La tarea del Recaudador de lágrimas consistía en recolectar las bolsas con el líquido elemento y trasladarlo a un lugar donde se pudiera ir evaporando con el tiempo. Uds. saben que las lágrimas son saladas, y eso no permite una evaporación rápida, sino que se produce muy lentamente y al final quedan sólo los cristales de sal. Finos cristales que brillan como diamantes tallados. 

Mar de lágrimas es el mar que se formó finalmente cuando todo ese producto se trasladó a un lugar adecuado para tal fin. Pueblo Triste quedó emplazada justo en su costa. 

Eso cuenta la leyenda del porque la tristeza de los habitantes de Pueblo Triste. Lo que nadie cuenta es porque están todos tristes, y eso vale para otro cuento. 

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