Cartas de amor



"Querido amor mío: 

        Llueve copiosamente en la ciudad. De pronto todo está oscuro y frío. La humedad inunda todos los cuartos y pese a que he prendido la calefacción, mi alma está fría y suda como tiritando en fuego. Es tanto el amor que me quema y me hiela el alma. Si no vuelves, ya no podré respirar ni reír ni amar más. Será la peor agonía de mi vida presente. No quiero que me olvides, quiero que mi voz se pegue en tu oído, y mis manos te recorran el cuerpo como a un camino sin fin y que inexorable, me recuerdes a cada instante. Mi boca, mi cuello mis manos, todo mi ser. Si, así de terca me pongo cuando pienso en que ya no estaremos juntos y tu boca será besada por otra, y tus abrazos serán sobre una cintura diferente a la mía. Mi amor me aturde, ya no se si quema o congela. Me siento en un eterno sufrimiento donde el cuerpo no responde y la mente está en el infierno de los muertos en vida. Ahora mismo ardo en deseos sin sentido. Mi piel negra por el fuego y el hielo, se escama y suelta su capa más fina, quemada y oscura. La piel deja al descubierto la carne viva, y así me siento toda una llaga incandescente que brilla como una brasa de carbón. El amor es letal, te mata o te mueres. Nadie se salva de sufrir. Pero yo, así como estoy, te deseo, el recuerdo permanente de mis besos alocados y mis ridículas salidas para hacerte reír, y que no te olvides de todas esas veces que intenté que seamos uno aunque sea muertos. 
Ya se que no te puedo dar nada, pero igual quiero que sepas no te vas a olvidar de mí así no más, mi muerte quedará grabada en tu corazón para siempre y eso no te dejará vivir, así no te olvidarás que en vida fuí quién más te amo.

                                                                        Eternamente tuya.

 

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